Los que han tomado algunos clases de idioma extranjero pueden imaginar fácilmente cómo son las clases de checo. Muchas tareas y lectura, ejercicios gramaticales, de vez en cuando una canción o una película.

 Normalmente los que aprenden idiomas son los jóvenes pero este no es el caso del idioma checo. Los estudiantes de la maestra Šárka Vašíčková son un poco distintos,  en la sede de la colectividad checa rosarina se pueden encontrar estudiantes de todas la generaciones. Para los mayores estas reuniones significan una oportuninad de mantenerse en contacto con el país y la lengua de sus padres y entre ellos mismos. “Mis clases a veces funcionan también como un lugar de encuentro“,  dice la maestra Šárka Vašíčková pero aclara que también tiene estudiantes jóvenes, sin raíces checas, quienes están simplemente interesados en el idioma. Por lo general porque han visitado la República Checa, como turistas o estudiantes de intercambio, y nuestra lengua les gusta desde entonces.

La colectividad checa en Rosario no es tan grande como las de Buenos Aires ó Chaco por lo que no tiene su propia maestra, sino que es  responsabilidad de la maestra asignada a Buenos Aires viajar regularmente cada mes un par de días a Rosario para dictar las clases. A sus estudiantes les deja siempre muchas tareas y la colectividad organiza durante su ausencia reuniones para resolver los, a veces, muy difíciles deberes.