Desde su adhesión a la UE, los nuevos Estados miembros han experimentado un crecimiento económico, una mayor estabilidad económica, un descenso del desempleo y una consolidación de los valores democráticos. La ampliación ha aportado beneficios no sólo a los nuevos Estados miembros, sino también una serie de oportunidades para la propia Unión. Una UE más grande y más fuerte ha ganado más peso e influencia en la escena internacional, lo que le permite defender mejor sus valores e intereses. También ha reforzado su papel a la hora de abordar las cuestiones críticas de nuestro tiempo, desde la defensa del Derecho internacional hasta la lucha contra el cambio climático y los retos de la inteligencia artificial, en estrecha cooperación con nuestros socios de todo el mundo. La importancia de la UE también es especialmente evidente en los actuales acontecimientos geopolíticos, sobre todo en el contexto de la agresión de Rusia contra Ucrania.