Al inicio del acto se izaron las banderas de la República Checa y México, y se entonaron los himnos nacionales interpretados por la banda escolar y el coro de la escuela primaria Lídice. A continuación, se proyectó un videomensaje de dos sobrevivientes de la tragedia de Lídice: Pavel Horešovský y Jiří Pitín.

El programa continuó con un discurso del artista Ariosto Otero Reyes, autor del mural “Campo de luz y muerte”, que adorna uno de los muros de la Plaza Lídice. Posteriormente, tres mujeres mexicanas llamadas Lídice ofrecieron, como cada año, un emotivo mensaje familiar sobre el significado de llevar ese nombre.

El homenaje a las víctimas de la tragedia de Lídice siguió con la participación de alumnos de sexto grado de la escuela primaria Lídice, quienes, acompañados por la directora, colocaron frente al monumento una urna con tierra proveniente de Lídice, que esta escuela resguarda desde hace décadas. Las mujeres de nombre Lídice depositaron rosas rojas junto al monumento. Después, los diplomáticos de la República Checa y de Eslovaquia, acompañados por el alcalde José F. Mercado, colocaron coronas florales.

Tras un minuto de silencio en memoria de las víctimas de la brutalidad nazi, tomó la palabra la encargada de negocios de la República Checa, Kamila Hrabáková. En su discurso agradeció el apoyo y la solidaridad de México en los momentos más difíciles de la historia de Checoslovaquia en los años 1938, 1942 y 1968. También recordó a los presentes que la tragedia de Lídice no fue el último acto bárbaro de la historia moderna. Incluso en el siglo XXI, estamos siendo testigos, en nuestra vecindad más cercana, del mayor conflicto armado desde la Segunda Guerra Mundial, provocado por la agresión e invasión rusa a Ucrania.

El acto concluyó con unas palabras del anfitrión, el alcalde de Magdalena Contreras, José F. Mercado, seguido de la interpretación de las canciones checas Škoda lásky y Svět patří nám de Jaroslav Ježek, al piano la Sra. Edna Gómez, directora del coro Lídice.