Al principio dio la bienvenida el embajador Zdeněk Kubánek y luego el evento fue dirigido por San Nicolas, el Ángel y el Diablo, los cuales convocaron a los niños presentes de acuerdo con una lista preparada previamente. Según sus habilidades y valentía para actuar frente al público, todos interpretaron un poema o canción preparado. Por su desempeño fueron recompensados con paquetes de regalo comprados por las contribuciones de los miembros de la Asociación. La mayoría de los niños tuvieron presentaciones en checo, por lo tanto, este evento también contribuyó a mantener su lengua materna en un entorno a la hispanohablante.

Luego los niños se trasladaron al jardín de la embajada, dónde los esperaba la piñata, la tradición mexicana. Les tomó mucho tiempo romperla, pero la recompensa en forma de los dulces al final salió de la piñata.

Después siguió un banquete y un brindis. El entretenimiento fue totalmente dirigido por la asociación, ya que cada compatriota contribuyó con un plato tradicional checo de Navidad.

Como cada año, el evento tuvo un gran éxito y muchos compatriotas aprovecharon la oportunidad para encontrarse con amigos que solo ven en la fiesta de Pascua o San Nicolás. Lo positivo fue que había muchos nuevos miembros de la asociación con sus hijos, a quienes les gustó mucho el evento y todos prometieron participar en eventos similares en el futuro.