“Primavera Checa” en la Catedral de La Habana: un concierto inolvidable
25.04.2024 / 22:34 | Aktualizováno: 25.04.2024 / 22:55
En el marco del Año de la Música Checa y del Mes de Europa en Cuba 2024, la Embajada de la República Checa, en colaboración con la Orquesta del Lyceum Mozartiano, ofrecieron un concierto el pasado 23 de abril, en homenaje al bicentenario del natalicio de Bedřich Smetana y al 120 aniversario de la muerte de Antonín Dvořák, en la Catedral de La Habana.
En este Año de la Música Checa 2024, en que se conmemoran 200 años del natalicio de Bedřich Smetana y 120 de la muerte de Antonín Dvořák, la Catedral de La Habana se vistió de lujo para uno de los más hermosos conciertos ofrecidos, con el protagonismo de la Orquesta del Lyceum de La Habana, bajo la batuta del maestro José Antonio Méndez.
Concebido en el marco de las actividades por el Mes de Europa en Cuba 2024, Primavera Checa hace alusión al prestigioso festival de música Primavera de Praga, que tiene lugar cada año en esa capital. Más de 1600 personas asistieron a la cita este martes 23 de abril. La presentación del Embajador Petr Kaván estuvo precedida de una introducción a cargo del Maestro Ulises Hernández, director del Lyceum Mozartiano, y del Padre Yosvany Carvajal Sureda, Rector de la Catedral.
La orquesta abrió con el segundo movimiento del poema sinfónico “Mi patria” de Smetana, máximo exponente del nacionalismo musical checo. El nombre de la pieza, Vltava (en español Moldava), hace alusión al río que recorre los Países Checos, desde su nacimiento hasta su desembocadura, atravesando bosques, paisajes campestres, montañas y castillos. Todo un deleite musical con notas de arpa.
Para continuar, aun faltaría lo mejor de la noche: la Orquesta del Lyceum de la Habana se regodeó en una de las obras más universales de la historia musical checa: la Sinfonía no. 9 del Nuevo Mundo en mi menor, de Dvořák. Concebida en los Estados Unidos, mientras el compositor dirigía el Conservatorio Nacional de Nueva York, esta pieza es un homenaje a América (como reza en su título), a la par que, en sus notas de inspiración folclórica, se revela el profundo sentimiento de añoranza por la patria amada. Sobre todo, el cuarto movimiento, Allegro con fuoco, hizo prácticamente temblar los muros del edificio barroco, animando una ovación del público y un bis al cierre del programa.
Agradecimientos al Lyceum Mozartiano, a la Cátedra de Música Sacra, a la Oficina del Historiador de la Ciudad, al Ministerio de Cultura y al Fondo de Arte Joven, por haberlo hecho posible.
Más materiales audiovisuales en nuestra Página de Facebook