Emil Zátopek, conocido también como la locomotora checa, el más grande corredor de todos los tiempos, consiguió batir 18 récords mundiales y obtuvo un total de 4 medallas de oro. Recientemente ha sido homenajeado en un filme del realizador David Ondříček "Zátopek" que muestra los avatares de la vida del atleta, considerado por muchos el más grande de todos los tiempos.

Y es que decir “Zátopek” es recordar el ganador de tres títulos en una misma olimpiada, una hazaña no muchas veces superada en la historia del atletismo. Este deportista, que inició su carrera casi podríamos decir que por casualidad - cuando trabajaba como aprendiz en la fábrica de zapatillas Baťa - llegó en poco tiempo a ser medallista de oro en dos juegos olímpicos sucesivos: Londres 1948, en la carrera de 10 mil metros, y más tarde en Helsinki 1952, donde ganó el primer lugar en los 5 mil, los 10 mil metros y la maratón.

Si quieres correr, corre una milla; si quieres cambiar tu vida, corre un maratón.

Ese fue el lema de Zátopek. Nacido en Kopřivnice, una pequeña ciudad de la región de Moravia Silesia al este de Checoslovaquia, comenzó a practicar atletismo a los 19 años.  En 1945 ingresó en el ejército, y al finalizar la guerra vendría su éxito deportivo y su matrimonio con Dana Zatopková, quien curiosamente nació el mismo día y también se convertiría en atleta y medallista de oro en Helsinki.

Zátopek fue el creador de los entrenamientos a intervalos y con hipoventilación. Sin embargo, su éxito fue opacado luego de que, en 1968, prestara su apoyo a Alexander Dubček en la Primavera de Praga, por lo que fue expulsado del ejército y del partido comunista. Inconcebible entonces que el gran atleta, ídolo de todos los checos, tuviera que trabajar como albañil para poder ganarse la vida.

Zátopek murió a los 78 años, el 21 de noviembre del 2000. Por suerte en el imaginario colectivo de los checos, sobrevivió por encima de toda circunstancia, la imagen de su “locomotora humana”.